domingo, 23 de junio de 2013

Tropezando dos veces con la misma piedra en la nocturna del Port de Barcelona

Una semana después de darme una buena paliza en la Vigía Trail en parte por no revisar el recorrido antes, llegaba al inédito 10K nocturno del puerto con la intención de luchar por MMP... pero tocaba tropezar de nuevo en la misma piedra.


Después de un buen calentamiento vespertino detrás de Óscar mientras perseguía palomas y pompas de jabón por la plaça Catalunya y la correspondiente hidratación en un pub irlandés rodeados de marineros ingleses de uniforme junto con Jovacho y Javi, nos dirigimos hacia la zona de salida donde me encontré con Darío y Clau. Por una vez nos reuníamos con tiempo y estuvimos charlando un ratito mientras esperábamos para dejar los mochilas en el guardarropa, que no fue poco.


Unos estiramientos, visita al excusado y hacia los cajones de salida. En principio cada uno partíamos con un objetivo distinto, así que nos deseamos suerte y nos lanzamos por él tan pronto sonó el pistoletazo de salida. Para conseguir el mío, la idea era clara: piloto automático de 4'20" el km y tendría mi deseada MMP. Así de sencillo y difícil al mismo tiempo.

La salida fue rápida y limpia, la amplitud de las calles me permitió coger un buen ritmo sin demasiados rectificados para adelantar corredores, con lo que completé el 1K en 4'10", fenomenal. Era momento de ir bajando la excitación inicial pero manteniéndome en los ritmos fijados, dicho y hecho: 2K en 4'17" y 3K en 4'23". Ciertamente no iba muy sobrado de fuerzas, pero era lo normal a ese ritmo y lucharía por mantenerlo hasta meta... O esa era la idea... Poco después del 3K giramos hacia la derecha y me topé de frente con un monstruoso puente coronado en su cima con un arco triangular iluminado como si se tratase de la ascensión al cielo. Esto no estaba en el guión y era un mazazo a mi objetivo. Sin tiempo para reaccionar, apreté los dientes para perder el mínimo posible en la subida. Tanto forcé, que en el tramo de bajada que venía a continuación, cubría el 4K en 4'28"! Sin embargo, el informe de daños no era demasiado optimista, estaba bastante tocado y necesitaba ajustar el ritmo, al menos temporalmente.





Cuando  llegué a mitad de carrera en 21'50" pensé que todavía estaba en la lucha, pero no tardé mucho en toparme con la realidad. Apenas unos metros después de acabar de beber el agua del avituallamiento, una rampa de unos 50 metros nos dejaba sobre el espigón donde el camino volvía hacia el punto de salida. El mar quedaba justo a nuestra derecha y se veían al fondo el hotel Vela y todo el paseo marítimo... Todo hubiese sido perfecto de no ser por el maldito adoquinado a modo de piedra rústica que cubría todo el camino y que me destrozó las plantas desde el primer paso. Todo iba mal y vi como mi MMP de despeñaba por las rocas del rompeolas. Tocaba dosificar o morir, y me decanté más por la primera opción teniendo en cuenta que no iba a obtener ningún resultado destacable. Llegué al 6K con un triste 4'49".
Volvíamos sobre nuestros pasos, con lo que volvimos al maldito puente, esta vez tomándomelo con mucha más calma mientras la liebre de sub45 me superaba sin contemplaciones y mi crono se burlaba de mí con un 5'00" para completar el 7K. Los últimos 3K fueron una lucha entre mis piernas y mi mente para determinar si era peor acabar destrozado físicamente o hundido moralmente con un crono lamentable, creo que finalmente llegaron a un acuerdo y crucé meta agotado pero entero con un tiempo de 46'03". En un principio me pareció una marca lamentable pero después me enteré que el primero había hecho unos 33', teniendo en cuenta que el tiempo medio del ganador en los 10K es de 30', son justos los 3' que me faltaron para mi MMP... El que no se consuela es porqué no quiere :).

Al llegar a meta me encontré con Javi que hizo unos 30" menos que yo, aunque no lo vi cuando me sobrepasó. Darío llegó sobre los 50'. Jovacho cruzó meta en algo más de una hora con los pezones ensangrentados en su debut oficial en un 10k y Clau estuvo en 1h7. Felicidades a todos porqué no fue tan fácil como la habían pintado de inicio.

En cuanto a la carrera en sí, la verdad es que no me gustó prácticamente en nada: un recorrido sin demasiado encanto, una organización algo deficiente tanto en los horarios de recogida de dorsales (cerraba 2h antes de la salida!) como en la guardarropa y poco ambiente en la mayor parte del recorrido al transcurrir mayormente por una zona restringida al público. En fin, es poco probable que repita la experiencia aunque tampoco es que haya sido nada traumático, sino que a día de hoy hay bastantes opciones más apetecibles.

A entrenar!

sábado, 22 de junio de 2013

Vigia Trail o como sobrevivir al Matamachos

Cuando participas en una cursa por primera vez y desconoces el recorrido,  hay muchas opciones de que falles en el planteamiento ya sea por exceso, quemándote a media prueba, o por defecto, llegando al último kilómetro con muchas reservas acumuladas. Esta idea se magnifica cuando se trata de una trail donde la imaginación de los organizadores te puede hacer visitar los terrenos más inhóspitos, donde incluso descubrir nuevas formas de vida desconocidas para la humanidad o restos de civilizaciones perdidas. Sin duda, la Vigía Trail se convierte desde hoy en el mejor ejemplo de ambos conceptos. 


En un principio pensé que comenzar a las 8:30am era demasiado temprano ya que nos obligó a levantarnos a las 7 para preparar a Óscar y llevarlo a casa de mi hermana, recoger a mi cuñado Jovacho y estar a las 8am en la salida para obtener el dorsal. Sin embargo, viendo el día que amaneció, con un solazo de campeonato, fue sin lugar a dudas el primer acierto de una carrera perfecta en cuanto a organización y ambiente. Pagamos los 2€ de inscripción y esperamos la salida flipando bastante con el nivel del resto de participantes (unos 150) a los que haríamos compañía. Por desgracia Edu, que fue quien me animó a participar, fue baja de última hora con lo que partiría solo desde el principio y con un desconocimiento total de lo que encontraría en los 12K que me esperaban.


Antes de comenzar con la carrera, un runner-consejo: Hay que evitar al máximo cenar Kebab la noche de antes a una carrera... el problema radica en cuando te acuerdas de que tienes una en el último bocado de tu delicioso Durum, ahí ya no hay vuelta atrás y sabes que te acordarás del error durante cada uno de los kms del día siguiente. Unos minutos antes de la salida, llegó el primer capítulo de esta condena, cuando tuve que hacer un pequeño calentamiento hacia la zona arbolada más cercana para <PÁRRAFO CENSURADO>. Ahora estaba listo para tomar la salida mucho más ligero :).

Caminamos todos juntos hasta una línea de tiza pintada en el camino y comenzó la aventura. Salí bastante adelante del pelotón y durante el primer km por pista bastante llana y ancha aguanté bien en esas posiciones a buen ritmo. Algo me decía que eso no era normal, cuando estás tan adelantado al principio de una carrera acostumbra a significar que los demás saben algo que tú no sabes, que están reservando fuerzas y tú no lo están haciendo.... y no me equivocaba. 

Al acabar la zona de pista ancha nos dirigimos a la subida de la Cruz de Montigalá donde el terreno se volvió más estrecho y rocoso. Conocía la subida de l'Endimoniada, pero ascendimos por un camino algo más ligero y lo superé bastante bien superando a algunos corredores. Ahora tocaba bajar de nuevo para tomar una zona bastante toboganera hasta el km5,5 donde estaba el primer avituallamiento. En este tramo mantuve un ritmo bastante alto que unido al sol que ya gobernaba todo, me hizo llegar al repostaje bastante cansado. Tocaba regalarse unos segundos de descanso para hidratarse y comer algo. Mientras me comía el segundo trozo de plátano y bebía algo de Aquarius con agua, algunos corredores comentaban la dureza de lo que quedaba por delante, no había que se muy observador, justo al lado de donde estábamos se levantaba el camino que nos llevaría hasta la ermita de Sant Miquel, donde los corredores que nos precedían no podían correr debido a lo escarpado del terreno y a los desniveles de la mayoría de los tramos. En la salida había escuchado a algún grupo hablar del Matamachos, el nombre me hizo gracia y pensé que se trataba de este tramo donde cualquiera que quiera apretar demasiado acabaría muerto sin ninguna duda.

Comencé la ascensión pero cuando llevaba apenas un par de minutos de marcha, el durum se mezcló con el plátano y el aquarius, y comenzó una cuenta atrás muy corta para que volviese a encontrar una zona arbolada donde <PÁRRAFO CENSURADO>. Es esta 'excursión' perdí algunos minutos, pero sin duda muy bien invertidos. Obviamente, había perdido bastantes posiciones, pero no tenía la menor importancia. Continué la salvaje ascensión de roca en roca e intentando correr a trote cochinero en aquellos tramos en los que se podía hasta coronar la ermita realmente agotado.

Había llegado a una zona que conozco bien, por donde suelo entrenar algunos días, ahora me dirigía hacia el Poblat Ibèric por un camino ancho y con una floja pendiente que me serviría para recuperar el aliento... pero entonces llegó la gran sorpresa. Yo pensaba que daríamos la vuelta al Poblado para volver luego hacia el punto de salida, pero allí se encontraba un miembro de la organización para señalarme una pequeña trialera que se adentraba en el bosque a la derecha del camino, no quedaba más remedio que hacerle caso, supongo.

Volvía a terreno inexplorado y enseguida comenzó una trialera estrechísima, rocosa y muy empinada de bajada digna de romperse los dientes (o técnica, como la llaman los expertos), intenté sobrevivir como mejor pude agarrando a cada rama que salía a mi paso mientras era incapaz de reducir la velocidad de ninguna otra forma. A esto se unían algunas extras adicionales como troncos que cruzaban el camino y te obligaban a agacharte y raíces ubicadas estratégicamente para engancharte el pie con un alto porcentaje de acierto. Un tramo de carrera realmente divertido, sobretodo una vez superado sin mayores contratiempos.

Ahora tocaba una pista bastante llana a la sombre de la montaña, estaba en el 8,5K con lo que no podía faltar demasiado para volver hacia el punto de salida, lo más duro ya había pasado y aumenté el ritmo. Al alcanzar al corredor que me precedía le di ánimos diciéndole que ya no quedaba nada a lo que contestó: -Nada? Si ahora viene el Matamachos!....... -Comor?Quer? No puede ser, si el Matamachos ya o hemos hecho,,, no? - Que va, es lo que viene ahora. Por un momento pensé que sería una táctica de carrera de mi adversario para bajar mis defensas y vencerme, pero además de que era una chorrada suprema, ni siquiera me dio tiempo a reaccionar cuando aparecieron delante mío las primeras rampas del amigo MM.

Me niego a entrar en detalle de toda la subida hasta el avituallamiento del 9,5K porqué todavía me entran ganas de llorar cada vez que lo recuerdo, pero solo diré que tardé en completar el km más de 11 minutos, que hubo un momento en que ni siquiera podía caminar y tuve que parar completamente y confieso que solo corrí cuando vi a la chica con la cámara para salir bien en esta foto tan bonita :).

En la parada me bebí 5 vasos de agua con aquarius y disfruté de las preciosas vistas de Barcelona desde  allí, recuperé las constantes vitales y ahora sí, reemprendí el camino para completar los 3K que faltaban hasta meta, todos de descenso hasta completar los 12,5K finales, llegando a meta en 1h34' aprox, en la posición 52, muy contento de haber superado el reto pero algo preocupado de que tal les habría ido a mi equipo... Pero son unos cracks! Jovacho llegó poco después de las 2h y Ester no se rindió y consiguió completarla en algo menos de 2h30'. Estoy muy orgulloso de ellos y están demostrando que pueden con todo lo que se propongan. Bravo!

Por último quiero hacer mención especial a la organización por crear una prueba PERFECTA a todos los niveles y por 2€ de forma increible. Demostrando que cuando las cosas se quieren hacer bien y sin ánimo de lucro (sino por amor a este mundo), se pueden hacer eventos realmente excelentes. Felicidades Running Vigía! Y gracias por aceptar la participación de corredores que no pertenecen a vuestro club.



martes, 11 de junio de 2013

Cojeando por la Maqui

El día estaba marcado en el calendario desde hacía muchas semanas, todo el entrenamiento desde la maratón estaba pensado para llegar a esta fecha en la mejor forma posible e intentar superar mi MMP 10K donde ya la conseguí el año pasado. El plan iba bastante bien y realmente me sentía con opciones de conseguirlo. Sin embargo, un fuerte golpe en la rodilla en el entrenamiento de basket del jueves lo ha tirado todo por tierra :(. A pesar de estar dos días enteros a base de hielo y Voltarén, el domingo desperté con la rodilla dolorida y haciéndome ver las estrellas si forzaba el ritmo mínimamente. Una pena.
A pesar de los pesares, no tenía intención de quedarme en casa lamiéndome las heridas y decidí ir a la carrera igualmente con la idea de saludar a mis compis runners y disfrutar del recorrido a un ritmo más soportable para mi rodilla acompañando a Ester.
Antes de la salida pude compartir unos minutos conversando con Edu, Jose y Darío, y les deseé suerte para que consiguieran hacer la mejor carrera posible. Después me uní a Ester, mi cuñado Sergio que haría la prueba con su perro-loco Jack y a mi hermana que se quedaría cuidando a Óscar y animándonos en varios tramos del trazado.
A las 9 en punto se dio la salida y me sentí muy extraño al estar tan ajeno a los nervios que acompañan a este momento en todas las carreras. Unos 4 minutos después, con un sol de justicia que ya calentaba de lo lindo y tras unos 2000 corredores, emprendimos la marcha.
La idea inicial era acompañar a Ester hasta donde la rodilla me permitiese, ya que cojeaba ligeramente cuando extendía un poco la zancada, pero apenas 500 metros después de comenzar, la pierna empezó a coger temperatura y me encontraba bien como para soportar el ritmo de 5'53" en que completamos en 1K. Comenté con Ester que el ritmo era muy bueno, pero que era importante dosificar si quería mantenerlo hasta el final. Yo sabía que ella todavía no estaba para bajar de la hora en un 10K y que es posible que estuviese forzando por la adrenalina de comienzo de carrera, pero insistió en que iba bien.
Poco tardamos en comprobar que realmente habiamos hecho en primer km rápido, cuando en los siguientes el ritmo cayó progresivamente a los 6' y pico. De todas formas, intenté que se mantuviese en un ritmo constante para ver si recuperaba sensaciones de cara a la segunda vuelta. Cruzamos el 5K en 32' exactos, con lo que todavía podía conseguir su MMP si se esforzaba. Nuestro cuñado, pasaba su particular calvario con su flato y las necesidades fisiológicas y de hidratación que Jack le demandaba y lo perdimos poco antes del 4K.
En la segunda mitad, el ritmo de Ester continuó cayendo poco a poco supongo que debido al calor que hacía y al esfuerzo de la primera mitad, con lo que me limité a animarla para llegar a meta con las mejores sensaciones posible y con un tiempo aceptable. Al final, completamos los 10K en algo menos de 1h6', que sin ser su MMP se coloca entre una de sus mejores marcas. Felicidades amor y a seguir mejorando!
 
Por mi parte, la rodilla me permitió acompañar a Ester sin problemas pero las molestias no me abandonaron en ningún momento, con lo que no hubiese podido forzar demasiado. Ahora a recuperarme bien del dolor y a continuar con el entrenamiento y los próximos eventos: el finde que viene, cronoescalada de 12k de montaña y el sábado siguiente, mi nuevo intento de mejorar mi MMP, el 10K nocturno del puerto de BCN. A entrenar!

martes, 4 de junio de 2013

Resaca de l'Endimoniada en la Trini

Habíamos dormido apenas 6 horas después de la larga noche de L'Endimoniada cuando el despertador nos recordó que era hora de prepararse para la nueva cita. Tras haber disfrutado del apoyo incondicional de Ester y Óscar en el descenso de la Coscollada, me tocaba devolverles el favor acompañándoles en la cursa de las fiestas de Trinitat Vella que tenemos cerca de casa.
Me incorporé de la cama con la incógnita de saber como estarían mis piernas tras el esfuerzo: bastante bien... mucho mejor de lo esperado y sin molestias en la rodilla que tanto me hizo sufrir los últimos kilómetros de la noche anterior.
Óscar se despertó con una gran sonrisa tan pronto me acerqué a su cuna demostrando que también estaba preparado para la acción. Así que nos vestimos, cogimos el carro de carreras (alias Batmóvil) y caminamos hacia el parque de la Trinitat disfrutando del sol que comenzaba a calentar como todavía no había hecho esta primavera.
Al llegar había ya un buen ambiente con algunos corredores calentando mientras en el grupo de batucada del barrio acaba de espabilar a los que todavía tuviesen algo de sueño y dejaban hipnotizado a Óscar. Recogimos nuestros dorsales y nos ubicamos en la línea de salida ubicada justo al pie de una fuerte pendiente en el centro del parque (curiosa forma de comenzar). Como prueba popular y 'de barrio', los escasos 80-100 participantes que nos agrupábamos tras la línea de comienzo éramos bastante variados: algunos de bastante nivel, algunos bastante populares, muchos niños y adolescentes y algún que otro carrito entre los que me catalogaba yo.
Un miembro de la organización, se colocó a media cuesta y megáfono en mano, dió comienzo a la prueba. Los más 'pro' tomaron rápidamente la delantera y se perdieron en la distancia, Buena Suerte. Justo detrás de ellos, salieron a ritmo endiablado los niños/adolescentes como pollos sin cabeza... aunque a algunos de ellos les explotó la cabeza antes de llegar a coronar la subida de apenas 30 metros. Nosotros conseguimos ubicarnos tras ellos salvando el grupo de personas mayores que iban cerrando el grupo.
La idea era clara: acompañar a Ester, a su ritmo. Bueno, esa era la teoría, y así fue durante el primer kilómetro y pico. Pero poco después de abandonar el parque y transitamos la zona más toboganera del barrio, Ester empezó a notar el esfuerzo de los desniveles... y tuve que ponerme en modo Sargento de Hierro :).
Conforme avanzábamos por las continuas subidas y bajadas, me puse delante suyo para ir marcándole el ritmo mientras le animaba a continuar sin parar. La verdad es que se exprimió al máximo y aunque en algún tramo tuvo que caminar un poco, lo hizo realmente bieno. Ya solo nos faltaba el último kilómetro de vuelta al parque.
Llegando a la línea de meta mucha gente nos animaba desde los bares y plazas, pero Ester tenía toda la cara colorada y solo se esforzaba en continuar hasta meta. Tras volver a rodear el parque cruzamos los 5,6k de la prueba en algo menos de 36'. Muy bien hecho mi amor! También hay que hacer mención especial a Óscar, que se comportó de manera impecable durante toda la prueba, sin quejarse ni un momento mientras comía galletas... somos un equipo perfecto :).

lunes, 3 de junio de 2013

Endimoniada 2013 - Entre el cielo y el infierno

Muy pocas veces he cruzado el arco de meta tan vacío como en esta ocasión. Sólo pisar la alfombra de medición, busqué un espacio libre en los jardines del paseo marítimo y, tras quitarme el frontal y la gorra que me estaban matando, me dejé morir tumbado sobre la hierba. No había sido para menos, después de un esfuerzo tan titánico para mí, no sabía bien si la Endimoniada me estaba haciendo arder en las brasas del infierno o me había ganado las llaves de las puertas del cielo... Pero por como me sentía, no había dudas de que la primera opción tenía todos los números. Por suerte para mí, unos minutos después, Alberto llegó en mi ayuda y consiguió una botella de agua (supongo que bendita), que me hizo resucitar y volver al terreno de los mortales. Te debo una!

Unas 3 horas antes, me encontré en el mismo lugar con los tres miembros de Espadenya runners con los que compartiría la experiencia: David y Alberto, dos de los espartanos que me acompañaron en la Maratón de este año, y EduF con quien compartí el entrenamiento de Endimoniada a principios de Mayo, donde descubrimos que nos habíamos metido en una buena... Después de recoger dorsales, cambiarnos y equiparnos del frontal que necesitaríamos poco después, nos fuimos a la línea de salida, listos para comenzar a las 21:30.
 
La salida fue bastante rápida teniendo en cuenta lo que nos esperaba, pero no había que saber mucho para darse cuenta mientras esperabas el comienzo que la calidad de muchos de los corredores era muy alta... Pero es que sin duda, esta es una prueba que exige un mínimo de preparación en comparación con las populares que participo habitualmente.

Desde prácticamente el mismo inicio, la prueba comenzó a mostrar su perfil, teníamos que subir de 0 a 450 metros en unos 8k, por lo que no había tiempo que perder. Comenzamos ascendiendo por las asfaltadas pendientes de Dalt de la Vila, después por la Riera de Pomar hasta llegar a la B-20 donde Badalona deja de ser zona urbana para dejar paso a la zona forestal. Habíamos cubierto los primeros 3k con unos parciales bastante parecido de 5'20"-5'30", pero al pie de la subida a la Cruz de Montigalà, David y Edu ya se habían quedado algo rezagados y continuarían a su ritmo.

La primera ascensión no era demasiado larga pero, ya en camino de piedras, tenías unas pendientes bastante exigentes en algunos tramos. Todavía con muchas fuerzas en las piernas y con el frontal apagado, apreté un poco por el estrecho sendero adelantando a algunos corredores saltando por los matorrales. Al llegar a la cruz pude ver que Alberto había cedido un poco, pero todavía estaba muy cerca y confiaba en que se volviese a unir en la bajada siguiente. Sin embargo, la masificación que había todavía a estas alturas de carrera hizo que el descenso por trialera en fila de a uno fuese muy lento, incluso para mí, con lo que me tocaba seguir solo.
La falta de luz artificial unida a que ya eran las 22:00, nos obligó a encender nuestros frontales justo cuando iniciábamos el ascenso de 4k sin descanso que teníamos por delante, con lo que un sinuoso sendero luminoso se presentó frente mí como una autopista hacia el cielo :). Ahora tocaba, elegir un ritmo de subida soportable y aguantar, la subida era larga pero podía ser convertirse en infinita si no se medían bien las fuerzas o pecaba de optimista.
Me costó un poco adaptarme a la iluminación de los frontales, pero conforme las pupilas se acostumbraron, me encontré bien de piernas y fui adelantando a algunos corredores que me facilitaban el paso cuando veían que se acercaba el rayo de luz de mi frontal. Llegamos al 5K, el crono no era importante, y solo me centré en superar el curioso tramo de subida que se presentaba a continuación, donde en camino dejaba paso a un ascenso por escalones creados por las raíces de los árboles que rodeaban ambos lados del camino. Un paraje muy bonito, pero realmente duro por la necesidad de ir brincando de raiz en raiz junto con el esfuerzo ya acumulado. Por suerte, poco después de este tramo, llegó el primer avituallamiento, donde aproveché para hidratarme bien y dedicar 30seg a recuperar un poco de aliento. Lo iba a necesitar.
Retomé el ritmo para afrontar la parte más exigente del recorrido, los dos kilómetros que separaban el avituallamiento de la Vallençana de la cima de la Coscollada de l'Amigó a 452m. El primer kilómetro se desarrollaba por una pista forestal bastante amplia rodeada por árboles a ambos lados, con lo que la oscuridad y la dispersión de corredores a estas alturas, ya te hacía sentir bastante solo y luchando contra tus propios límites... pero todavía quedaban fuerzas y pude cubrirlo bastante bien hasta llegar al pie de la Coscollada donde algunos voluntarios nos ofrecían ánimos y naranja para recuperar algo de fuerzas para el kilómetro final de ascensión, el peor.
De repente, la vegetación dejó de formar parte del paisaje y el sendero luminoso resurgío frente a mí para mostrarme sin compasión la bestial rampa a superar antes de llegar al punto más alto de la prueba. Las pendientes eran muy exigentes en algunos tramos y me obligaron a dejar de correr para continuar haciendo algunos metros caminando con las manos empujando las rodillas. No valía la pena obsesionarse, y fui intercalando un modo y otro hasta llegar arriba.
Crucé la alfombra de control en la cima y pensé que era buen momento para darme un pequeño homenaje tomando la bebida y unos trozos de plátano mientras recuperaba el aliento, disfrutaba de las preciosas vistas nocturnas de Barcelona a nuestros pies, la fila de frontales que dibujaban el ascenso que acababa de realizar y me concienciaba para el siguiente episodio de la aventura.
Los siguientes 3-4k transcurrían por una zona de toboganes que comenzaban por una pista bastante ancha para ir estrechándose hasta convertirse en una trialera de descenso que hubiese sido bastante técnica y peligrosa de no ser porqué la inexperiencia de muchos de los que nos habíamos agrupado, convirtió esta parte de la prueba en una especie de conga a ritmo de trote cochinero que nos aseguraba una supervivencia que se hubiese visto amenazada asumiendo riesgos mayores. De vez en cuando, algún corredor con alma de cabra loca me adelantaba por los matorrales que rodeaban la trialera, pero pocos fueron los intrépidos. Gracias a este ritmo, también pude percatarme de la grata sorpresa de encontrarme a mis animadores personales en una de las curvas del descenso: allí estaban Óscar, Ester, Miriam, Jovacho y mi mami esperándome para apoyarme en el desafío! Me paré a saludarles a todos mientras Óscar me miraba con cara de susto, aunque no me demoré demasiado en volver a la carrera ya que casi me patean de nuevo al camino para que no perdiese tiempo. Muchas gracias a todos, sois los mejores!
Poco después del 12K pasé por el último control de tiempo antes de meta y que precedía al tramo que más temía, el descenso por el cortafuegos de las torres de alta tensión que no se podía considerar ni trialera, descrito por los organizadores (expertos de montaña) como MUY técnico. Sin embargo, aunque la cantidad de participantes de la conga había decrecido sensiblemente en las rampas de subida previas a este punto, el descenso fue bastante plácido, seguro y sobretodo lento. Tan lento fue, que al final del cortafuegos, un sombra apareció de entre los matorrales adelantándome como un jabalí en pleno ataque a su presa, era Alberto que no tenía suficiente con haberme recortado un montón de tiempo en la bajada utilizando un 'camino alternativo' sino que además había grabado todo el descenso con el móvil en la mano. Bestial! Lo animé y vi como volvía a desaparecer en la oscuridad. Aunque por desgracia para él, le quedaba poco de disfrutar de las bajadas que tanto le gustan.
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Había perdido mucho tiempo en la bajada pero me había servido para recuperar fuerzas, con lo que en cuanto el camino volvió a volverse llano, apreté el ritmo y me volví a unir a Alberto. Tenía intención de hacer buenos parciales en los 4k que nos quedaban por delante, pero entonces tropecé con una rama que me obligó a hacer un mal gesto para no estamparme contra el suelo y me hice bastante daño en la rodilla izquierda (además de que los dos gemelos se me subieron a la nuca). Intenté reponerme como pude y conseguí corriendo, los gemelos volvieron a su sitio pero la rodilla me estaba matando... no podía parar o sabía que me sería posible volver a arrancar y quedaba mucho para meta como para pasear. Aún y como este problema imprevisto, el ritmo fue bastante bueno y Alberto se volvió a descolgar por motivos varios, ya no lo volvería ver hasta meta.
Justo cuando salimos del camino para volver a la civilización, la larga y solitaria recta por el lateral de autopista que apareció frente a mí me dejó en una situación crítica: la rodilla no me dejaba correr bien, pero es que además el esfuerzo ya pasaba factura de verdad. Conseguí superar varios amagos de parar y llegué a los 2K finales.
Estoy seguro de que cuando en una carrera la gente te anima a seguir, es como si te transmitieran una pequeña parte de su energía y, sin ninguna duda, pude comprobarlo al entrar a Dalt de la Vila donde la gente de agrupaba a ambos lados de la calle para aplaudirnos y darnos ánimos. Mi ligera cojera unida a la cara de destrozado que llevaría supongo que enterneció a la gente, porqué tanto en ese tramo como en los siguientes por el ayuntamiento, carrer del Mar y la recta final del paseo marítimo, el público animó como no recuerdo en ninguna otra carrera. Tras chocar la mano de todos los niños que pude, crucé la línea de meta realmente orgulloso, alegre y destrozado en 1h51' exacto.
Alberto llegó unos 3 minutos después, pero teniendo en cuenta el reportaje fotográfico y el tapón que le formamos en el descenso, estoy seguro de que podría haber hecho un crono mucho mejor. David y Edu llegaron algo después de las 2h, pero sin duda en una prueba como esta, el mérito de acabar ya es suficiente. Así que, felicidades a todos!
Como primera participación esta prueba, la verdad es que me ha parecido una maravilla y una experiencia incomparable al resto de carreras que he hecho. Desde luego se trata de una cursa con alma propia, que espero que siga manteniéndose así durante muchos años tanto por la organización como por los voluntarios que se han merecido un 10 en todo. Solo espero que la demanda en la participación (las inscripciones duraron 1 día) no haga pensar en aumentar el número de participantes en posteriores ediciones, ya que los 450 de la actual creo que ya están al límite de lo que la prueba puede absorver.