lunes, 20 de enero de 2014

Polinyà bajo la lluvia - El Retorno

La historia se repetía y, al igual que el año pasado, disfrutaríamos de una cursa de Polinyà pasada por agua. Me encantan las pruebas por montaña con lluvia, son mucho más divertidas si cabe y le dan un encanto especial… aunque quizás sea una visión muy particular con la que la mayoría no esté de acuerdo.
A las 10 de la mañana, mi cuñado Sergio pasó a buscarme por casa para ir al punto de encuentro con el resto de la familia Running Vigía que también participarían. Era la primera carrera desde que me inscribí en el club pero me sentí muy bien acogido desde el inicio por todos los miembros que asistieron (incluidos mis cuñados Sonia y Marco).
En cuanto llegamos a Polinyà y recogimos los dorsales, comenzó a llover y ya no pararía hasta acabar la carrera. Aun y así, el ambiente era muy bueno y el número de corredores era sensiblemente superior al año anterior. Una vez finalizadas las pruebas infantiles, nos ubicamos en la línea de salida, demasiado delante para mi gusto pero al ir en grupo respeté la decisión de la mayoría.
 
Mi objetivo para la cursa era ver como estaba con respecto a mi tiempo del año pasado para tener una idea de cómo llevo el planning para la maratón, así que desde la salida hice mi carrera en solitario. Poco después del inicio me di cuenta que no cumpliría el objetivo ya que el recorrido no tenía nada que ver con el de las ediciones anteriores, con lo que se trataba de hacerlo lo mejor posible y punto.
 
El tramo inicial por asfalto unido a la posición avanzada de salida hizo que cubriese el 1K en un 4’17” que era una locura con lo que tenía por delante y mi forma actual. Había que reservar fuerzas o sufriría mucho mucho. Poco después abandonaríamos ya el segmento urbano para entrar en los caminos de montaña que todos esperábamos.
 
Aunque se hacía algo duro, era consciente de que muchos de los corredores que tenía detrás me tenían que ir adelantando porqué mi salida había estado por encima de mis posibilidades, así que no me obsesioné y marqué mi ritmo adelantando únicamente a algunos corredores que se habían presentado con zapatillas de asfalto y se hundían y resbalaban cada vez que se encontraban con terrenos un poco complicados. Como si no fuese suficiente, los pobres eran recriminados por muchos otros que les intentaban superar por tramos estrechos donde era complicado… al menos creo que habrán aprendido la lección de que con una Noosa no se puede hacer una carrera de montaña y además con lluvia.
 
A diferencia del año pasado donde se alternaban fuertes descensos con duras subidas, el recorrido de este año ser podía definir como una subida bastante constante hasta el 7K que iba cargando poco a poco las piernas dando pocos descansos donde recuperar. Con el ritmo de crucero que me había fijado pude aguantarlo bastante bien aunque no sin sufrirlo como es de ley cuando te esfuerzas, pero poco después del 7K llegamos a un tramo que conocía y sabía que llegaba ya la bajada.
 
El inicio del tramo de bajada fue una auténtica locura! Los primeros 100 metros consistían en una pendiente pronuncia de barro que resbalaba a muerte. Durante un momento me sentí dentro de una prueba de Humor Amarillo donde los chinos no dejaban de patinar y estaban a punto de romperse la crisma. Tras pasar esta prueba, venía un terreno mucho más cómodo donde pude subir mucho el ritmo y hacer algunos parciales de 4’30”/km.
Justo antes del 9K nos sacaron del camino hacia una trialera que bajaba en picado bosque a través. En cuanto tomé el desvío, comenzó a diluviar. Bajé bastante rápido (para lo que acostumbro) disfrutando mucho del tramo hasta entrar en el casco urbano de nuevo donde esperaba un último esfuerzo de subida antes de llegar a meta, totalmente empapado con un crono de 49’48”.
 
 

 


Después de llegar, recogí mi trofeo: un buenísimo bocadillo de butifarra que disfruté junto al resto de la pandilla Vigía.
Como conclusión, otra edición de Polinyà que reafirma mi predilección por esta carrera y todo lo que la rodea y, a nivel personal, buenas sensaciones en general aunque me veo lejos todavía de la forma adecuada para afrontar la maratón con garantías. A entrenar!
 

jueves, 2 de enero de 2014

Con un par de Nassos 2013

Aunque los 46’24” de esta edición de Nassos no pasarán a la historia entre mis mejores marcas en un 10K, son una gran noticia para cerrar este 2013 tan importante para mí en todos los aspectos. Este crono refleja que, aunque lejos de una forma óptima y sin las rodillas al 100%, puedo volver a correr y estoy mejorando día a día otra vez. Lejos van quedando esos días de hace pocos meses donde temí que nunca más podría volver a correr, y espero que pronto estén olvidados.
 
Poco después de las 16:45 llegaba a la zona de aparcamientos de la playa. Menos mal que llegué relativamente pronto, porqué poco después ya no había ni un hueco donde dejar el coche… más de 11000 corredores en una carrera es lo que tiene.
 
Como ya es habitual, mucha gente conocida participaba pero por una razón u otra casi nunca consigo coincidir con nadie L. En esta ocasión pude compartir los minutos previos con mis cuñados Vigias (Sonia y Marco) y apenas 2 minutos antes de la salida conseguí ver a mi hermana para que me guardase móvil y llaves del coche. Salvado por la campana.
 
 
 
En mi cajón amarillo ya estaba completamente solo rodeado de gente. Aproveché para hacer algunos estiramientos, calentar un poco las piernas y encender mi MP3 después de muchas carreras sin utilizarlo. La verdad es que desde que comencé con la montaña echo menos en falta correr con música, pero esta vez quería motivación para las largas rectas de asfalto que tanto cansan mentalmente.
 
Mientras daban la salida volví a repasar mi objetivo mentalmente: tocaba lo que en las academias de idiomas se llama Test de Nivel. Necesitaba saber dónde estaba realmente después de tanto tiempo sin competir y tras 4 semanas del comienzo del plan de entrenamiento para la maratón. Sospechaba que podía sobre los 47’, pero era una mera intuición que faltaba confirmar, con lo que saldría marcando un ritmo entre 4’35”-4’45” para ir notando sensaciones…
 
Pistoletazo de salida! Partía del último cajón de la primera salida (sub46), con lo que tenía idea de salir cómodo en las últimas posiciones ya que no pretendía molestar… pero el incivismo generalizado que reina en todas las pruebas que transcurren en Barcelona no tiene fin… Cuál fue mi sorpresa cuando saliendo a un ritmo no demasiado exigente me encontraba con gente trotando y en grupos delante de mí, obviamente con dorsales correspondientes a cajones posteriores o incluso sin ellos. Es realmente lamentable y que me molesta mucho. Burros!!! (ya me he quedado más tranquilo).
 
A pesar de los pesares, cubro el 1K en 4’17”. Demasiado rápido, pero no le di más vueltas y aflojé un poco. Después de la famosa rampa donde un montón de gente recorta un huevo de metros campo a través, llegaba al 2K con un parcial de 4’33”. Me sentía bien, pero entonces me encontré con un Vigia y nos pusimos a hablar… y en apenas 300 metros ya no me sentía tan bien… todavía no estoy para correr a 4’30” y mantener una charla distendida. Le invité a seguir sin mí y volví a recuperar un ritmo sostenible, en silencio. El 3K y el 4K cayeron en 4’35” aprox, pero no me encontraba muy sobrado de fuerzas y bajé algo el ritmo para mantener fuerzas para el final.
 
Poco después de pasar el 5K en un discreto 4’47” que me sirvió para recuperar algo de reservas, llegaba el avituallamiento donde invertí algunos segundos en hidratarme bien para afrontar la segunda mitad. El 6K siempre ha sido algo lento con el tramo de subida del avituallamiento y el tiempo que se dedica y no me preocupó demasiado el 4’41” que me marcó el parcial. Ahora estaba listo para afrontar los 4k que quedaban en condiciones.
 
A pesar de los pequeños tramos de subida y bajada hasta enfilar la Diagonal, el 7K y el 8K no fueron malos y me presenté en los últimos 2K con fuerza y un tiempo de los más optimistas que pensaba. La única lástima es que el Garmin me marcaba unos 150metros más de prueba que los hitos de la carrera, debidos a los continuos zig-zags de los primeros kms.
 
El tramo final de Nassos es para mí lo más especial de esta carrera, se une la suave bajada que te permite exprimir las fuerzas que te quedan para hacer los mejores parciales, la gente animando y los niños chocando la mano. Si vas justo de fuerzas lo sufres porqué parece que no se acaba y cuando giras a Selva de Mar todavía queda una larga recta a meta, pero si tienes fuerzas los disfrutas mucho porqué vuelas. Yo no iba muy sobrado, pero tenía fuerzas y los completé en menos de 4’30”/km y llegando a meta muy satisfecho de lo conseguido.
 
Al ver la clasificación de Championchip por la noche me sorprendió bastante que, por segunda vez en todas mis carreras, había clavado el tiempo de las dos mitades de la carrera con 23’12” cada una. Lo cual es para mí una señal de haber completado una carrera muy buena, ya que acostumbro a poner más fuerza al principio y llegar más justo al final.
 
Sin duda lo peor fue el frío que pasé tras acabar la carrera mientras esperaba con mi hermana la llegada de mi cuñado Sergio. Al final, Marco hizo poco más de 50’ y Sergio y Sonia estuvieron algo por encima de la hora pero tomándoselo con calma.
 
La conclusión del test de nivel es que el alumno progresa satisfactoriamente… aunque tiene que seguir poniéndose las pilas si quiere superar lo que se le viene encima. A entrenar!