La historia se repetía y, al igual que el año
pasado, disfrutaríamos de una cursa de Polinyà pasada por agua. Me encantan las
pruebas por montaña con lluvia, son mucho más divertidas si cabe y le dan un
encanto especial… aunque quizás sea una visión muy particular con la que la
mayoría no esté de acuerdo.
A las 10 de la mañana, mi cuñado Sergio pasó a
buscarme por casa para ir al punto de encuentro con el resto de la familia Running
Vigía que también participarían. Era la primera carrera desde que me inscribí
en el club pero me sentí muy bien acogido desde el inicio por todos los
miembros que asistieron (incluidos mis cuñados Sonia y Marco).
En cuanto llegamos a Polinyà y recogimos los
dorsales, comenzó a llover y ya no pararía hasta acabar la carrera. Aun y así,
el ambiente era muy bueno y el número de corredores era sensiblemente superior
al año anterior. Una vez finalizadas las pruebas infantiles, nos ubicamos en la
línea de salida, demasiado delante para mi gusto pero al ir en grupo respeté la
decisión de la mayoría.
Mi objetivo para la cursa era ver como estaba con
respecto a mi tiempo del año pasado para tener una idea de cómo llevo el
planning para la maratón, así que desde la salida hice mi carrera en solitario.
Poco después del inicio me di cuenta que no cumpliría el objetivo ya que el
recorrido no tenía nada que ver con el de las ediciones anteriores, con lo que se
trataba de hacerlo lo mejor posible y punto.
El tramo inicial por asfalto unido a la posición
avanzada de salida hizo que cubriese el 1K en un 4’17” que era una locura con
lo que tenía por delante y mi forma actual. Había que reservar fuerzas o sufriría
mucho mucho. Poco después abandonaríamos ya el segmento urbano para entrar en
los caminos de montaña que todos esperábamos.
Aunque se hacía algo duro, era consciente de que
muchos de los corredores que tenía detrás me tenían que ir adelantando porqué
mi salida había estado por encima de mis posibilidades, así que no me obsesioné
y marqué mi ritmo adelantando únicamente a algunos corredores que se habían
presentado con zapatillas de asfalto y se hundían y resbalaban cada vez que se
encontraban con terrenos un poco complicados. Como si no fuese suficiente, los
pobres eran recriminados por muchos otros que les intentaban superar por tramos
estrechos donde era complicado… al menos creo que habrán aprendido la lección de
que con una Noosa no se puede hacer una carrera de montaña y además con lluvia.
A diferencia del año pasado donde se alternaban
fuertes descensos con duras subidas, el recorrido de este año ser podía definir
como una subida bastante constante hasta el 7K que iba cargando poco a poco las
piernas dando pocos descansos donde recuperar. Con el ritmo de crucero que me
había fijado pude aguantarlo bastante bien aunque no sin sufrirlo como es de
ley cuando te esfuerzas, pero poco después del 7K llegamos a un tramo que
conocía y sabía que llegaba ya la bajada.
El inicio del tramo de bajada fue una auténtica
locura! Los primeros 100 metros consistían en una pendiente pronuncia de barro
que resbalaba a muerte. Durante un momento me sentí dentro de una prueba de
Humor Amarillo donde los chinos no dejaban de patinar y estaban a punto de
romperse la crisma. Tras pasar esta prueba, venía un terreno mucho más cómodo
donde pude subir mucho el ritmo y hacer algunos parciales de 4’30”/km.
Justo antes del 9K nos sacaron del camino hacia
una trialera que bajaba en picado bosque a través. En cuanto tomé el desvío,
comenzó a diluviar. Bajé bastante rápido (para lo que acostumbro) disfrutando
mucho del tramo hasta entrar en el casco urbano de nuevo donde esperaba un
último esfuerzo de subida antes de llegar a meta, totalmente empapado con un
crono de 49’48”.
Después de llegar, recogí mi trofeo: un buenísimo bocadillo de butifarra que disfruté junto al resto de la pandilla Vigía.
Como conclusión, otra edición de Polinyà que
reafirma mi predilección por esta carrera y todo lo que la rodea y, a nivel
personal, buenas sensaciones en general aunque me veo lejos todavía de la forma
adecuada para afrontar la maratón con garantías. A entrenar!